Por Paulo Barreto
Son seculares las afinidades existentes entre el candomblé y la capoeira en Brasil. Ambos fueron violentamente perseguidos por representar espacios de resistencia, en la medida en que trabajaron la consciencia física, mental y espiritual de los africanos y sus descendientes desde el siglo XIX. Los padres y madres de santo cuidaban espiritualmente de los capoeiristas y ellos a su vez protegían los terreiros de las invasiones policiales. Las mandingas y malandragems adquiridas con la vivencia en la capoeira están íntimamente apoyadas en la forma de vivir, hacer y pensar de los afrodescendientes, sometidos históricamente a una situación crítica de desventajas y preconceptos. Existen, principalmente en Bahía, muchos grupos de capoeira que tienen en el candomblé la fuente de ngunzo, su fuerza primordial, que los ayuda a celar y cuidar del trabajo a ser realizado. El sincretismo es muy grande en la capoeira, siendo común oír referencias a los orixás, nkisis, caboclos y santos católicos en su repertorio musical. El gran aporte de informaciones repercute en la musicalidad y oralidad de la capoeira, en el sentido que nuevos conceptos y palabras en lenguas africanas fueron sumadas en las letras de las músicas, y hay casos en que la música entera es cantada en quicongo. “La roda es un espacio de ritual y el cuerpo es un santuario del secreto” Los tres berimbaus son saludados y reverenciados por los mestres, contramestres y discípulos exactamente como los tres atabaques de candomblé los son por los padres y madres de santo y los fieles. A su modo, cada uno posee una función litúrgica que expresan los mensajes que extrapolan la dimensión consciente de existir, ligando lo sagrado y lo real. En la parte del canto destinada a los corridos de capoeira, están los cantos de entrada, desarrollo y salida. Lo que correspondería en el candomblé a los cánticos para que el santo “baje” y para que “suba”. El pie del berimbau es un espacio donde se sacraliza el gesto y es en la roda donde la dimensión sagrada se expresa de manera más notable en el repertorio corporal del capoeirista.
En la Capoeira Angola danzar, jugar, divertirse y luchar se traducen como posibilidades de establecer comunicación con un plano mas subjetivo, más abstracto. “Ahí está presente la dinámica de la comunicación, de la redistribución del ngunzo, de la existencia y del vigor de las reglas del juego cósmico contenido en la capoeira” Esa dimensión sagrada torna el proceso de enseñanza y aprendizaje largo y demorado. En la cultura africana el cuerpo y el espíritu nos son vistas como entidades diferentes o separadas.
En el candomblé, por ejemplo, la entidad espiritual necesita de un “cuerpo” (materia) para expresarse. En la Capoeira Angola es el cuerpo que necesita de un ngunzo para alcanzar su mejor forma de expresión. Antes que el juego se inicie, los capoeirista, a través de sus gestos, invocan protección sagrada. La roda es un espacio de ritual y el cuerpo es un santuario del secreto. Ahí está presente la dinámica de la comunicación, de la redistribución del ngunzo, de la existencia y del vigor de las reglas del juego cósmico contenido en la capoeira. El secreto no debe ser privilegio del mestre, pero los discípulos deben merecerlo. Finalmente, en el candomblé como en la capoeira, el aprendizaje nunca termina, “solo se puede ser realmente grande cuando se sabe ser pequeño.”
fuente: revista quilombo Nª15 (www.revistaquilombo.com.ar) .Este artículo fue publicado en la revista Toques D’Angola Nº4 del Grupo Nzinga de Capoeira Angola www.nzinga.org.br
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